martes, 14 de julio de 2009

Enuresis: “Deja de portarte como un niño pequeño”


La impotencia y el no saber qué hacer cada mañana cuando el niño se levanta mojado y con la cama manchada suele llevar a los padres a una situación tensa en la que priman los nervios y los gritos. Bien sabemos que nuestra intención como padres es ayudar a nuestro hijo, pero la mayoría de las veces la manera de decírselo tiene el efecto contrario.

No existe un manual de buenas maneras ni un glosario de palabras a emplear, pero sí que podemos destacar una serie de acciones y expresiones que hay que evitar enunciar al niño para que no se sienta culpable, ni inferior ni acomplejado por hacerse pis en la cama. Lo hemos dicho desde aquí muchas veces: la enuresis no es culpa del pequeño, y se cura; solo es cuestión de constancia y de trabajo en equipo entre padres e hijos.


QUÉ ES LO QUE NO HAY QUE HACER

1. Poner etiquetas.
Expresiones como “eres un bebé”, “cochino”, etc. no solucionan nada, sino más bien al contrario, agravan el problema ocasionando en el niño inseguridad y baja
autoestima.

2. Castigar, reñir, pegar, amenazar o poner en evidencia delante de los hermanos u otras personas.
El niño no se hace pis en la cama de forma intencionada, por lo que los castigos o reprimendas no tendrán ningún efecto positivo. Al contrario, aumentan la tensión y propician que el niño geste un estado de ansiedad que le llevan a seguir orinándose.

3. Reducir el consumo de líquidos antes de acostarse.

Si reducimos la ingesta de líquidos, estamos impidiendo que la vejiga del niño adquiera mayor elasticidad y capacidad para retener más cantidad de orina y durante más tiempo.

4. Levantar al niño varias veces a lo largo de la noche.
Si lo hacemos, estamos eliminando la oportunidad de que el cuerpo se adapte a las señales internas que la vejiga genera para avisar de que está llena y que hay que ir al baño.

5. Adoptar una actitud excesivamente permisiva o excesivamente intransigente.
Lo aconsejable es intentar comprender las dificultades que la enuresis puede provocar en el niño, al mismo tiempo que adoptar una actitud serena y relajada, ayudando al niño a superar el problema.



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