martes, 7 de julio de 2009

Enuresis: Agresividad y depresión, las secuelas más comunes


Como hemos anunciado en uno de nuestros post anteriores, el 70% de los casos de enuresis infantil no están diagnosticados. Es una cifra alarmante, si tenemos en cuenta que afecta a más de 500.000 niños. La tardanza en su tratamiento puede originar a los pequeños graves trastornos, sobre todo psicológicos, que afectan al desarrollo de su carácter y a su vida diaria.

Generalmente, se ha distinguido entre el niño enurético pasivo, con un perfil callado y vulnerable, y el enuréticos agresivo, con un carácter más negativo y competitivo. Pero como suele ser habitual, las generalidades engloban un gran conjunto de personalidades diferentes, con lo que es bastante difícil determinar unas características concretas originadas por esta patología que se multipliquen en todos los casos.

Sin embargo, podemos enumerar una serie de rasgos frecuentes y comunes que aparecen en la personalidad de los niños que sufren de enuresis y que no han recibido un tratamiento adecuado a tiempo.


SECUELAS EN LOS NIÑOS
La enuresis suele provocar que los niños se vuelvan más pasivos, retraídos, y con tendencia a autodesvalorizarse. De no tratarse correctamente la patología, pueden convertirse en personas temerosas, dependientes, y con una gran necesidad de afirmarse ante los demás.

SECUELAS EN LAS NIÑAS
Las niñas se acercan más a la normalidad en su conducta externa, pero manifiestan una gran necesidad de independencia, compartida con la inseguridad y el pavor.

SECUELAS COMUNES EN AMBOS
Tanto niños como niñas suelen tener pesadillas y sufrir una gran ansiedad. Suelen crearse un perfil de niños introvertidos y con tendencias depresivas, violentas o de dependencia.


Como vemos, las consecuencias son lo suficientemente significativas como para no dejarlas pasar por alto y consultarlas con un pediatra si vemos síntomas de alarma en nuestros hijos.




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