martes, 31 de mayo de 2011

La adaptación a la escuela y la Enuresis

Nuestra capacidad de adaptación a las nuevas situaciones no se puede comparar con la capacidad de un niño al enfrentarse con personas y lugares distintos. Los cambios no suelen ser aceptados de buena forma por los pequeños que se han acostumbrado a hacerlo siempre de una misma forma y a que todo transcurra de una determinada manera.

En la primera infancia, todo es nuevo para ellos. Y sólo nosotros, los padres, podemos ayudarles con el apoyo y la comprensión. Y más aun si nuestro pequeño sufre de enuresis al ser un tema muy sensible y que puede verse afectado por estos cambios.

La integración del niño a una escuela ha de ser poco a poco, sin prisas ni agobios. Es muy importante respetar el tiempo y lo que cada niño necesite, para evitar males mayores.

Te ofrecemos unos consejos para la adaptación de nuestro pequeño a la escuela se haga de forma positiva:

- Al principio, lleve al niño solo por algunas horas y poco a poco va aumentando el horario. Cada niño necesita de su tiempo.

- Deje que el niño lleve, se así lo desea, su juguete preferido, algo que le sea familiar y le mantenga unido con su hogar.

- No prolongue las despedidas en exceso. Hay que pasar seguridad al niño de que lo que estás haciendo es lo mejor para él.

- Al salir de la guardería deberías dedicarle más tiempo al niño, jugando con él. Es bueno que descubra que lo que hace en el centro no es tan distinto de lo que hace habitualmente en casa. Anímale a compartir contigo las experiencias que aprende en la guardería. Y demuestra alegría y entusiasmo por sus progresos.

- Es conveniente que la madre o el padre vaya a llevarle y a buscarle. Eso le proporcionará seguridad. Y se acostumbrará antes al cambio.

- Siempre que lo consideres necesario habla con la profesora sobre sus dudas, sus inquietudes y sobre algún cambio observado en el niño.

- Busque estar informada sobre las actividades que están desarrollando en clase: fichas, canciones nuevas, estaciones del año, etc, para entender y potenciar sus adquisiciones.

- Los aspectos de la evolución del niño deben ser coordinados con las educadoras Tales como la retirada del pañal, del chupete y por supuesto, en el caso que nos ocupa, de que nuestro pequeño sufre enuresis.

- Procura tener en cuenta qué es lo que come cada día en la guardería para poder ofrecerle una dieta mas equilibrada.

- Nada de prisas por la mañana. Procura despertarle con tiempo para que desayune tranquilamente y se dirija sin agobios a la guardería.

Fuente: Guia Infantil

viernes, 27 de mayo de 2011

Juega con tu hijo para la Enuresis


Para empezar a tratar la enuresis tenemos que comenzar por reconocer que nos llevará tiempo y que requerirá de nosotros, los padres, mucha paciencia y optimismo y, de nuestros hijos mucho esfuerzo y confianza.

Pero como todo en la vida, a los problemas también hay que buscarles el lado positivo. En este caso, se trata de la posibilidad de compartir actividades con nuestros hijos con la satisfacción intrínseca de que ambos, padres e hijos, vamos hacia un objetivo común.

Esto no necesariamente tiene que ser un camino complicado. Podemos hacerlo "jugando". Existe un conjunto de actividades que podemos compartir con nuestros hijos en casa y que nos ayudaran a educar los esfínteres del pequeño de una manera divertida. Aquí te presentamos unos ejercicios contra la enuresis que los puedes llevar a cabo a modo de juego:

1º Juguemos a "aguantar": Es una práctica que permite a nuestro pequeño involucrarse a través del control de las bebidas y de la micción cuando está despierto. ¿Cómo lo hacemos? Buscaremos que nuestro hijo ingiera una mayor cantidad de líquido al día, como agua, zumos, etc. Y, cuando tenga ganas de ir al baño, le animaremos a que se contenga. Al principio será suficiente con que sean unos pocos segundos, para ir aumentándolos de forma gradual y progresiva.

2º "El juego de cortar": Hay otro ejercicio que se recomienda para fortalecer los músculos implicados en la micción que se conoce como ejercicio de entrenamiento vesical y que consiste en ir cortando el flujo mientras el pequeño está orinando. Se sugiere empezar a hacerlo cuando ya esté terminando, porque la presión de la vejiga es menor. Progresivamente se irá adelantando el momento hasta que nuestro pequeño sea capaz de cortar casi al empezar, durante 5 segundos, y durante 2 ocasiones más, antes de vaciar la vejiga por completo.

3º "El juego del calendario": A partir de estas actividades se puede establecer un calendario que se encargarán de llenar nuestros hijos con la cantidad de veces que orinan durante el día. Como mencionamos en días anteriores, los padres pueden hacer una especie de calendario paralelo con sus propias tareas para que el pequeño no sienta que se le controla en exceso, sino que se trata de un trabajo en “equipo”.

4º "El juego de cambiarse ": Sin pensar que se trata de un castigo, sino de una responsabilidad, es recomendable que se acostumbre a los pequeños a cambiar sus sábanas y pijama mojados, ponerse una muda limpia y trasladarlo todo al cesto de la ropa sucia. Este es un ejercicio que para muchos contribuirá a que asuma que es un problema que tiene que superar.
La clave para que estas actividades den los resultados esperados es proponerlo como un juego divertido y no como una obligación. Recordad que los pensamientos y la actitud positiva siempre son y serán importantes.

martes, 24 de mayo de 2011

Tratamiento de la Enuresis: Cuanto antes mejor


Cuanto antes se detecte la enuresis y se tenga un diagnostico preciso del problema, mejor para el niño y su familia. Cuánto mayor sea el niño, más difícil y duradero será el tratamiento, aunque normalmente se suele concluir positivamente.

No existe un único tratamiento de la enuresis, ya que se trata de un trastorno multifactorial. Salvo las medidas generales de actuación, no conviene instaurar ningún tratamiento antes de los 6 o 7 años, y en cualquier caso, hay que tener en cuenta cuál es la actitud, tanto de los padres como del niño, ante este trastorno.

Tratamiento de la enuresis según la edad del niño

La respuesta del niño es variable según la edad que tenga. Al principio, no le importará hacerse pis en la cama. Después empieza a preocuparse, en parte debido a la ansiedad y la preocupación que muestran sus padres. O por el contrario, puede reaccionar de forma transgresora para llamar la atención o imponer sus criterios.

Cuando el niño tiene más edad es más fácil que se acabe desanimando al ver que no mejora y sobre todo, al percatarse de que la enuresis le condiciona sus salidas y, consecuentemente, su vida social. Se sentirá desanimado e impedido, en algunas ocasiones, de ir de excursión, dormir en la casa de un amigo o invitarlo a dormir a su casa, ir a un campamento de verano, etc. Puede llegar a avergonzarse cuando está con otros niños y a caer en una baja autoestima. Todo eso puede llevar al niño a desarrollar problemas emocionales como la ansiedad y la depresión. El niño suele pedir la colaboración de sus padres y hermanos para que mantengan su problema en secreto.

Si el tratamiento resulta efectivo, es decir, avanza positivamente, los niños suelen tomar enseguida una actitud de compromiso y satisfacción ante los resultados. Se debe fomentar una actitud de reconocimiento ante los pequeños éxitos.

jueves, 19 de mayo de 2011

Cómo crear un ambiente familiar favorable con un niño hiperactivo


Hace algún tiempo hablamos de los niños hiperactivos y os dábamos algunos datos y apuntes para reconocer si nuestro hijo padece este trastorno.

Hoy os queremos dar unas pautas para poder crear un ambiente familiar favorable cuando tenemos en casa a un niño hiperactivo, ya que, cómo sabemos puede ser una de las múltiples causas de la enuresis. El papel de los padres resulta imprescindible para la recuperación del niño hiperactivo. Los padres representan la fuente de seguridad, los modelos a seguir, el reflejo de lo que los hijos sienten que son, la base fundamental sobre la que construyen su propia escala de valores y el concepto de disciplina y autoridad. De los padres depende en gran medida, la mejor o peor evolución de la sintomatología que presenta el niño hiperactivo.

Lograr un ambiente familiar estructurado es una de las condiciones más difíciles de conseguir. La familia de un niño hiperactivo necesita una organización y una estructuración muy clara, sin embargo, algunos aspectos relacionados con la propia enfermedad neurológica que tiene el niño, dificultan que sea así:

1. Adulto hiperactivo. En algunas ocasiones, esta enfermedad es hereditaria y por lo menos uno de los padres es un adulto hiperactivo, al que a su vez le cuesta organizarse, ser ordenado y no alterarse.
2. Ansiedad. Los padres suelen mostrar mucha ansiedad ante las dificultades con las que se encuentra su hijo.
3. Expectativas. En ocasiones las expectativas no son las adecuadas para el niño. Se le exige mucho en unos aspectos y se le sobreprotege en otros.
4. Límites educativos. El niño hiperactivo es más difícil de llevar si no se marcan unos límites educativos claros y consistentes.
5. Tiempos concretos. Los padres ponen frecuentemente un límite a las malas costumbres (le llaman a bañarse y si no viene, le obligan a hacerlo), pero no en el momento adecuado (le llaman 10 veces antes de ir a por él), lo que provoca que apliquen los límites, cuando ya están hartos, en momentos de descontrol emocional.
6. Mala conducta. Muchos padres no pueden preveer situaciones de alto riesgo, por lo que no pueden evitar el mal comportamiento de sus hijos.

Educa.madrid.org

martes, 17 de mayo de 2011

Los niños y la separación de los padres


Aunque el número de divorcios y separaciones ha disminuido en los últimos años, algunos creen que debido a la crisis económica, este hecho puede tener consecuencias negativas. Del mismo modo que la separación de los padres puede afectar al comportamiento de nuestro hijo, sobre todo si este tiene alguna enfermedad como la enuresis, el hecho de que los padres que ya “no se quieren” vivan juntos puede ser contraproducente. Por ello, en ocasiones, es mejor que la pareja se separe, a que continúe viviendo situaciones conflictivas de convivencia, que afecten negativamente a sus hijos. Este podría ser el caso de los niños que están viviendo situaciones adversas, por ejemplo, de constantes peleas, discusiones, etc. Si el ejemplo de su padre y/o madre no es el más adecuado, seguramente será más beneficioso para ellos que sus padres se separen.

Está comprobado que el niño sufre mucho más en situaciones en que los padres son infelices juntos, que cuando deciden vivir separados. Los niños quieren sentir que sus padres son felices. Es importante considerar que, al tomar la decisión de separarse, se analice primero la relación con los hijos, los cambios que éstos pueden sufrir y, sobre todo, que su decisión no afecte ni comprometa a las necesidades básicas de los niños. Los hijos en común continuarán necesitando de cariño, cuidados, atención, apoyo y comprensión.

Aunque separados, la pareja jamás dejará de ser padres para sus hijos. No se puede olvidar que los niños tienen derechos y necesidades básicas como la alimentación, el alojamiento, el cuidado de su salud, la educación y el vestir. Cumplir con las necesidades básicas de manutención para los niños es fundamental para su desarrollo. Por otra parte, los niños sólo se sentirán seguros si existe un clima de confianza, respeto y afecto entre sus padres. Considerando estos derechos de los niños, los padres deberían ofrecer una educación basada en valores como el optimismo, la responsabilidad y la familia, brindando a sus hijos una convivencia civilizada, integradora y social.
Al mismo tiempo, los padres separadados, cada uno desde su sitio, deben seguir observando el comportamiento de sus hijos y facilitarles su compañía, no solo durante las visitas establecidas.

jueves, 12 de mayo de 2011

Cómo conseguir que los niños coman de todo.


La nutrición de nuestros hijos es uno de los temas que más nos preocupan a los padres porque está directamente relacionada con el desarrollo y el crecimiento de los niños. Y como ya hemos comentado, unos buenos hábitos de alimentación nos puede ayudar a controlar y remediar temas como la enuresis. Una alimentación sana y equilibrada es fundamental, pero ¿cómo conseguir que los niños coman bien y que coman de todo?

Desde que son pequeños, debemos ir introduciendo todo tipo de comidas en su alimentación y no esperar que los niños descubran qué es la fruta y la verdura en el comedor del colegio, mejor si lo han comido en casa. Según van creciendo, debemos intentar ir triturándoles menos las comidas e intentar no disfrazar los alimentos. Una cosa es que una determinada comida se prepare, se haga un guiso o acompañemos las espinacas con bechamel, y otra no decirles a los niños que aquí hay espinacas o triturarlas tanto que no se den cuenta. Hay que normalizar el hábito de comer de todo e ir introduciendo comidas sanas y saludables con frutas y verduras, que es lo que más le cuesta a los niños desde bien pequeños. Y si los niños ven que lo hacemos con absoluta normalidad, se acostumbran de manera natural.

Respecto a camuflar las verduras, hay que distinguir dos temas: el guiso que puede ir acompañado como judías con jamón, o disfrazar la comida.
El niño tiene que saber a que saben las judías, y tiene que saber qué es y cómo es la verdura, pero eso no implica que siempre tengan que comerse al vapor sin echarles aceite o jamón. Entre disfrazar la comida y no hacer un guiso un poco más elaborado, que esté más rico, debemos establecer un punto intermedio. El niño tiene que conocer el sabor, la procedencia y el color de la verdura, pero no por eso tenemos que ser especialmente puristas y no dejarles comer platos con verduras que pueden estar exquisitos como las judías con jamón.

Una pregunta muy recurrente a este respecto es: ¿Por qué el color verde de las verduras produce rechazo en los niños? El problema aparece cuando hemos estado camuflando las verduras, para que no se notara y no viera el color verde, y de repente lo ve un día y no se lo quiere comer. Si normalizamos la ingesta de verduras desde bien pequeñitos y ven su color de forma natural, la aceptación será mejor y más fácil. Para los padres con hijos más mayores y que no pueden dar marcha atrás, es aconsejable intentar presentar poco a poco cada vez más platos de verduras con menos disfraces. Se trata de cocinarlas o guisarlas, pero sin que pierdan identidad. Es importante no mentir diciendo que el plato no lleva verdura, sino nombrar lo que lleva cada plato, porque los niños tienen que conocerlo para aceptarlo.

martes, 10 de mayo de 2011

Los problemas de aprendizaje y la Enuresis


La enuresis causa un sentimiento de ridículo y baja autoestima en el niño que puede traer como consecuencia trastornos psico-afectivos y desórdenes psíquicos.

En niños de entre 8 y 16 años, mojar la cama se considera como el tercer acontecimiento más traumático después del divorcio o las peleas entre sus progenitores.Consideran esta experiencia mucho peor que ser objeto de bromas o ser excluido.

Cuando un niño tiene problemas para procesar la información que recibe, le delata su comportamiento. Los padres deben estar atentos y observar las señales más frecuentes que indican la presencia de un problema de aprendizaje:

Lectura (visión)
El niño se acerca mucho al libro; dice palabras en voz alta; señala, sustituye, omite e invierte las palabras; ve doble, salta y lee la misma línea dos veces; no lee con fluidez; tiene poca comprensión en la lectura oral; omite consonantes finales en lectura oral; pestañea en exceso; se pone bizco al leer; tiende a frotarse los ojos y quejarse de que le pican; presenta problemas de limitación visual, deletreo pobre, entre otras.

Escritura
Invierte y varía el alto de las letras; no deja espacio entre palabras y no escribe encima de las líneas; coge el lápiz con torpeza y no tiene definido si es diestro o zurdo; mueve y coloca el papel de manera incorrecta; trata de escribir con el dedo; tiene un pensamiento poco organizado y una postura pobre.

Matemáticas
El alumno invierte los números; tiene dificultad para saber la hora; pobre comprensión y memoria de los números; no responde a datos matemáticos.

Los niños enuréticos manifiestan un deterioro anímico notable en comparación con otros niños. Si los escapes involuntarios de pis no se controlan a tiempo, los pequeños pueden entrar en un ciclo de decaimiento y tristeza que puede ir en aumento, y conllevar secuelas psicológicas, como la agresividad y la depresión. Por ello, el temprano tratamiento en niños pequeños es aconsejable para prevenir alteraciones psicológicas futuras.

Fuente: Guía Infantil.

viernes, 6 de mayo de 2011

Los hermanos, no todo es negativo


Como ya hemos hablado en alguna ocasión, la enuresis no tiene solo una causa, si no que suele ser el resultado de un conjunto de factores que pueden afectar a los pequeños. Uno de esos factores, del que ya hemos hablado, es la llegado de un nuevo miembro a la familia, esto es un hermanito. En esta ocasión queremos hablar de los aspecto positivos y a tener en cuenta en las relaciones entre hermanos.

Probablemente dos hermanos que no se llevan mucha diferencia de edad compartirán sus juegos y sus confabulaciones frente a la autoridad paterna, pero también peleas y enfados. No es lo mismo ser hijo único, pertenecer a una familia numerosa, tener un hermano mayor o recibir uno más pequeño de forma inesperada.

Los hermanos entre los que hay poca diferencia de edad discuten y se pelean a menudo, pero también se hacen cómplices ante la autoridad paterna. A pesar de estas variaciones, los especialistas defienden que las relaciones entre hermanos contribuyen en general a desarrollar la empatía o comprensión del estado emocional de los demás, es decir, ayudan a que el niño sepa ponerse en la piel del otro y adquiera una conducta más social.

Esto se debe a que los hermanos:

• Experimentan las mismas emcoiones ya que comparten padres y situaciones familiares.

• Se enseñan a compartir y a ser más receptivos a las necesidades del otro ante las presiones de los padres, que les obligan a dirimir sus difrenecias y a ceder.

• Aprenden por observación del otro.

• Se acostumbran a una dependencia mutua y a una continua interacción.

Aún así, no hay ninguna posición más o menos favorable. Cualquier lugar que se ocupe entre los hermanos tiene ventajas o inconvenientes. Veamos no obstante, algunas características generales y típicas:

• El primogénito. En él se depositan todas las expectativas e ilusiones de sus padres. También en él se aglutinan las inseguridades y temores e inexperiencias. Ha sido único por un tiempo y recibe con la llegada del hermano un duro golpe a su soberanía. Suele ser el modelo y posee cierta autoridad pero también sufre una gran sensación de responsabilidad.

• El mediano. Puede que sea ésta la posición más difícil. A veces es demasiado mayor para estar con los pequeños y demasiado pequeño para estar con los mayores. Simultáneamente se juzga con arbitrariedad su madurez: a veces es mayor, a veces es pequeño. Sin embargo suele gozar de un éxito social y soltura que no tendrá su hermano mayor.

• El benjamín. Suele tener dependencia respecto a sus hermanos y con ello será más difícil alcanzar independencia y autonomía. Pueden achacarse a esta posición la inseguridad, testarudez e inestabilidad.

• El hijo único Es depositario de la dedicación a tiempo completo de sus padres, de su cariño y protección. Ello puede suponer que sea caprichoso o egoísta. Aunque pudiéramos pensar que no tienen celos, no es así. Sufren por el temor a perder el amor de sus padres, de molestarles, etc. pueden sufrir celos de un amiguito.

miércoles, 4 de mayo de 2011

La hora del baño, una ayuda para no mojar la cama.


Cómo ya hemos comentado en alguna ocasión, una buena técnica para que nuestro pequeño no se despierte por la noche y moje la cama, es conseguir que nuestro hijo se vaya a la cama lo más relajado posible para que el sueño sea placentero. Para ello, una de las mejores técnicas es darle un baño.

Sin embargo, en ocasiones a los niños les cuesta habituarse a las rutinas de higiene y rechazan la hora del baño aún cuando por su edad ya es de esperar que tengan adquirido este hábito.

Hay varios aspectos que conviene tener en cuenta para que la hora del baño se convierta en un hábito deseado por el niño, además de necesario y lo acepte como parte de la rutina de higiene diaria:

• El ambiente externo debe ser seguro y organizado. El niño debe contar con sus propios artículos (toalla, champú, juguetes, etc.) y estos tienen que estar a su alcance en el momento adecuado.
• Es necesario que los padres describan en términos claros y sencillos que hacer durante el momento de la ducha.
• Establecer un horario y una rutina de aseo, así como hacer partícipe al niño del proceso interactivo de la limpieza personal.
• La corrección en la higiene debe ser en términos positivos enseñando la manera correcta de hacer las cosas y de ninguna manera con críticas.

Mediante los hábitos de higiene y la ducha, el niño conoce su cuerpo y aprende a tener cuidado de él de una manera cómoda y fácil. En niños en edad escolar, los sistemas de puntos con recompensas suelen ayudar a adquirir hábitos para la hora del baño.

Es conveniente ir dando pasos firmes poco a poco, sin desanimarse y con paciencia. Resulta positivo elogiar de manera verbal y no verbal sus avances, convencidos de que estamos haciendo lo mejor para los niños. En ocasiones es conveniente animarlos con pequeños premios o privilegios que les motiven.

Los padres deben transmitir una actitud de confianza y seguridad en lo que le enseñan al niño y en que el lo puede hacer también. Si aún así no funciona, hay que ser creativos y buscar otros sistemas.