Una buena técnica para que todo nos sea mucho más fácil es crear rutinas. De eso modo, podremos controlar, dentro de lo incontrolable que es la educación de los pequeños, que siempre acaban sorprendiéndonos, la evolución y avances de la situación.
Rutina a la hora de irnos a la cama:
La intensidad de la luz: Hay que intentar que la habitación de nuestro hijo resulte acogedora y de esta manera evitar que nuestros hijos sientan temor al apagar las luces. Una buena forma de hacerlo es manteniendo una luz tenue.
La lectura y el diálogo: Son dos elementos importantes no sólo en el caso de nuestros hijos que sufren enuresis. Se trata de una forma de acercarnos más a nuestros hijos, de compartir con ellos. Incluso en los niños más mayores aunque los veamos más independientes y no lo pidan, siguen agradeciendo este tipo de actitudes en sus padres.
Ir al baño: No olvidéis lo importante que resulta animar a nuestro hijo a realizar una última visita al baño antes de acostarse.
Nada de bebidas por la noche: Lo repetimos y no nos cansamos de hacerlo. Intenta controla la cantidad de líquidos que tomen los niños - en especial, bebidas carbonatadas y con cafeína - cuando se acerque el momento de acostarse. Para eso debe haber bebido líquidos suficientes durante el día.
El momento del baño: Esta es una costumbre muy común entre los padres, pero siempre es bueno recordarla. El baño antes de acostarse no sólo es fantástico para jugar y divertirse, sino que también es una manera ideal de empezar a relajarse.
Y claro, el abrazo de las buenas noches: Los abrazos o una caricia tierna a nuestros hijos puede ayudarles a nuestros hijos a tener más confianza y a eliminar el temor que puede provocarles volver a mojar la cana. Es importante que se sientan felices y apoyados. Y a los padres un abrazo puede resultar una de las mejores recompensas del día :).
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