Por este motivo no debemos tener prisa ni intentar apurar el aprendizaje de su hijo antes de que él esté listo para lograrlo. Ya que, puede conseguir justamente el efecto contrario al que quiere conseguir. Esto es, que el niño se demore en su desarrollo, volviéndolo tenso y nervioso, y esto resultara en una rebelión de su parte. Lo último que desean hacer los padres es convertir este proceso en una creciente batalla. Ármese de paciencia y sobre todo, intente trasmitir tranquilidad a los pequeños, ya que, a fin de cuentas es por ellos por lo que hacemos todo.
Algunos consejos, para ayudarle a que este proceso sea más cómodo para todos: Si su niño mancha el pañal todos los días a la misma hora puede sentarlo a esa hora en una sillita apropiada para ello. Su respuesta favorable le enviará un mensaje positivo a su hijo. Si, por el contrario, esto ocurre a horas variables, obsérvelo buscando algún gesto, expresión o postura que indica que él está teniendo un movimiento intestinal. Ese es el momento de trastalardo al baño o el orinal. Si nada ocurre en unos pocos minutos, o si él se asusta de alguna manera, sáquelo de allí.
Elogie al niño por sus acontecimientos y hagale saber que esta muy contenta con sus progresos. Cuando él tenga un "accidente", manténgase calmada y no lo castigue. Si se disgusta o se enfada cada vez que él falle, el proceso de desarrollo puede retrasarse.
Los signos que indican que él está listo para dejar los pañales son: Se levanta de una siesta con el pañal seco, tiene las evacuaciones intestinales a la misma hora cada día, es capaz de decir "pipí" o "popó", etc. conociendo cuando tiene que usar el inodoro y siendo capaz de quitarse la ropa. Recuerde, no presionar, regañar o ponerse impaciente con él en esos momentos, esto sólo retrasará el desarrollo normal del niño para que pueda dejar de usar pañales.
Fuente: Mi pediatra en casa
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