Muchas veces la vida nos lleva a enfrentar más de un desafío. Uno de estos casos es el de los padres que tienen hijos que, además de la enuresis o incontinencia infantil, sufren de lo que se conoce como el TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad).
Un problema psiquiátrico frecuente en los niños en edad escolar aunque también es común en la adolescencia y en la etapa adulta. Según las estadísticas, entre un 5% y 6% de los niños sufren esta alteración neurológica que se caracteriza por la falta de atención, exceso de impulsividad o actividad o alguna combinación de estos factores. Hay que destacar que este es un problema de difícil diagnóstico debido a que la hiperactividad es algo normal en los niños, por lo que no es fácil advertirla.
No obstante, algunos expertos han identificado situaciones "especiales" que pueden ser una llamada de atención
- Si nuestro niño por ejemplo, abandona continuamente su asiento, aunque deba permanecer en su sitio.
- Corre en momentos inapropiados.
- Tiene dificultad para jugar en silencio.
- Con frecuencia habla excesivamente sin parar de moverse.
- No logra mantener la atención en labores de larga duración.
- No termina lo que empieza o le cuesta mucho hacerlo.
- Dice lo que piensa aunque no sea apropiado.
- No puede aplazar lo que le resulta gratificante. No espera su turno.
- Tiene un mal rendimiento escolar y dificultad para llevarse bien en el colegio.
- Le cuesta obedecer y suele tener conflictos con los hermanos.
- Su autoestima es baja, dado que tienen la sensación de que no hacen las cosas bien.
- Pierde con frecuencia los juguetes, los libros o el material escolar necesario para hacer sus actividades.
- Tiene problemas para organizar sus tareas.
- Evita toda aquella actividad que requiere un esfuerzo mental.
Al respecto, nuestra experta, la doctora Rocío Santiago recuerda que la hiperactividad puede ser causa de una enuresis, pero no al contrario. De ahí que el hecho de padecer un TDHA puede generar dificultades para establecer un tratamiento para la enuresis. La hiperactividad además hace que los niños que la sufren no tengan lo que se denomina una buena higiene del sueño, es decir, no realizan pautas de comportamiento previas a irse a la cama que inviten al descanso y es frecuente que su sueño, en cantidad y/o en calidad, no sea el adecuado. Este hecho puede hacer que se desarrolle con más facilidad una enuresis. Por lo que todas aquellas pautas encaminadas a tratar la enuresis de nuestro hijo se verán multiplicadas en su efecto si contamos con un buen tratamiento para su hiperactividad.
Como es natural, la tarea de los padres es la de apoyar a los hijos, tener paciencia, comunicarse con ellos, mantener un diálogo positivo. No olvidéis que los pensamientos y la actitud positiva siempre son y serán importantes.
Os recordamos que ante cualquier duda sobre este y otros aspectos de la enuresis, podéis consultar con nuestra pediatra.
Fuente: elmundo.es