jueves, 19 de mayo de 2011

Cómo crear un ambiente familiar favorable con un niño hiperactivo


Hace algún tiempo hablamos de los niños hiperactivos y os dábamos algunos datos y apuntes para reconocer si nuestro hijo padece este trastorno.

Hoy os queremos dar unas pautas para poder crear un ambiente familiar favorable cuando tenemos en casa a un niño hiperactivo, ya que, cómo sabemos puede ser una de las múltiples causas de la enuresis. El papel de los padres resulta imprescindible para la recuperación del niño hiperactivo. Los padres representan la fuente de seguridad, los modelos a seguir, el reflejo de lo que los hijos sienten que son, la base fundamental sobre la que construyen su propia escala de valores y el concepto de disciplina y autoridad. De los padres depende en gran medida, la mejor o peor evolución de la sintomatología que presenta el niño hiperactivo.

Lograr un ambiente familiar estructurado es una de las condiciones más difíciles de conseguir. La familia de un niño hiperactivo necesita una organización y una estructuración muy clara, sin embargo, algunos aspectos relacionados con la propia enfermedad neurológica que tiene el niño, dificultan que sea así:

1. Adulto hiperactivo. En algunas ocasiones, esta enfermedad es hereditaria y por lo menos uno de los padres es un adulto hiperactivo, al que a su vez le cuesta organizarse, ser ordenado y no alterarse.
2. Ansiedad. Los padres suelen mostrar mucha ansiedad ante las dificultades con las que se encuentra su hijo.
3. Expectativas. En ocasiones las expectativas no son las adecuadas para el niño. Se le exige mucho en unos aspectos y se le sobreprotege en otros.
4. Límites educativos. El niño hiperactivo es más difícil de llevar si no se marcan unos límites educativos claros y consistentes.
5. Tiempos concretos. Los padres ponen frecuentemente un límite a las malas costumbres (le llaman a bañarse y si no viene, le obligan a hacerlo), pero no en el momento adecuado (le llaman 10 veces antes de ir a por él), lo que provoca que apliquen los límites, cuando ya están hartos, en momentos de descontrol emocional.
6. Mala conducta. Muchos padres no pueden preveer situaciones de alto riesgo, por lo que no pueden evitar el mal comportamiento de sus hijos.

Educa.madrid.org

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