martes, 30 de noviembre de 2010

El papel de los padres ante la Enuresis


Es muy frecuente que los padres lleguen a desesperarse cuando tienen que enfrentarse a la Enuresis de su pequeño, obcecándose en que se trata de un problema psicológico o emocional. Esto les lleva a una sobreprotección del pequeño, que se sentirá aún más presionado o coaccionado, y empeorará aún más la situación. Lo ideal es crear una atmósfera tranquila y receptiva en el hogar, ofrecerle consejos reales para el control de las esfínteres y, sobre todo, ganarse su confianza, para que se sienta seguro y cómodo a la hora de enfrentarse a su problema. La enuresis no es culpa ni del niño ni de los padres, pero es tarea de ambos llegar a superarla.

En cuanto a nuestra labor como padres, tenemos que tener presente que la tarea fundamental es mantener un buen nivel de autoestima y motivar a nuestros hijos cuando consigan sus primeros logros. La comunicación en ese sentido también es importante. Hay que aprender a encontrar el punto medio entre la preocupación y el seguimiento de la enfermedad sin un exceso de control, Ya que podemos obtener los resultados completamente contrarios a los que buscamos.
Por ellos los gritos y los nervios no sirven de nada, ya que el niño es el primero que sufre cuando descubre que ha mojado la cama. No existe un manual de buenas maneras ni un glosario de palabras a emplear, pero sí que podemos destacar una serie de acciones y expresiones que hay que evitar enunciar al niño para que no se sienta culpable, ni inferior ni acomplejado.

Destacamos sobre todo dos:

1.- No adoptar una actitud excesivamente permisiva o excesivamente intransigente.
Lo aconsejable es intentar comprender las dificultades que la enuresis puede provocar en el niño, al mismo tiempo que adoptar una actitud serena y relajada, ayudando al niño a superar el problema.

2. Castigar, reñir, pegar, amenazar o poner en evidencia delante de los hermanos u otras personas.
El niño no se hace pis en la cama de forma intencionada, por lo que los castigos o reprimendas no tendrán ningún efecto positivo. Al contrario, aumentan la tensión y propician que el niño geste un estado de ansiedad que le llevan a seguir orinándose.

No hay comentarios:

Publicar un comentario